Nuestras residentes Pilar Navarro y Lourdes Ruiz ya son Notarias
Apenas llegan a los 27 años y ya forman parte del Cuerpo de Notarios de la Administración Pública. María del Pilar Navarro Fraile y Lourdes Ruiz Quirante han superado este mes de enero la última prueba de estas oposiciones, con un período de preparación que no llega a los 3 años.
“Constancia, rigor, persistencia y resistencia” han sido las claves de un éxito que no podría explicarse sin la experiencia de poder compartir este proceso con “personas que están en tu misma condición”. Así lo explica Pilar Navarro, malagueña de 27 años que llegó a la residencia León XIII después de un tiempo de preparación en un piso. La diferencia fue notable, dice. “En absoluto es lo mismo descansar con el móvil o con un libro, a hacerlo en compañía de gente” que vive la misma experiencia. En su caso, también el deporte diario ha sido fundamental para llevar mejor la presión y “no volverse loca”.
Lourdes Ruiz, también muy joven, estudió la carrera de Derecho y Administración y Dirección de Empresas y desde el primer momento supo que quería opositar y hacerlo fuera de casa. “Elegí la Residencia León XIII porque me habían hablado muy bien de ella y, tras el tiempo que he pasado aquí, he podido comprobar que ha sido un auténtico acierto”, por la compañía, la comprensión y la “motivación” que le ha dado la gente que ha estado a su alrededor, especialmente en la sala de estudio, el lugar donde ha pasado largas horas cada día.
Su clave para el éxito ha sido la constancia y el respeto a las rutinas de estudio y a las de descanso. Pero también afrontarlo con “espíritu positivo desde el primer momento”. No obstante, reconoce la especial dureza con que vivió los primeros meses de la oposición, “cuando tienes que acostumbrarte a una rutina de renuncia y sacrificio diario”. En el caso de su compañera de oposición, Pilar Navarro el peor momento ha sido el del año de convocatoria. “Se pasa muy muy mal y es mucha la presión que sientes puesto que te juegas todo en 10 meses y 3 exámenes”.
Un sacrificio que se ve compensado con un momento insuperable: el día que salen las notas de los exámenes. “La felicidad que sientes al aprobar cada uno de ellos yo no la había sentido jamás”, confiesa Pilar.
Ahora, su reto de futuro es trabajar “con responsabilidad” para asesorar y dar seguridad jurídica al ciudadano que acuda a ella en busca de soluciones.